Pasaporte al Cielo

Euna ocasión leí que en la primavera de 1981, un hombre joven voló a Alaska para fotografiar la belleza natural y los misterios de la tundra. Llevó consigo 500 rollos para tomar fotos, varias armas de fuego y 1,400 libras de provisiones.

	A como pasaban los meses, las palabras en su diario cambiaron de admiración y fascinación a una pesadilla. En agosto él escribió, “creo que debería haber planeado mejor mi salida. Ya lo veremos.” Él falleció en Noviembre en un valle desconocido, junto a un lago sin nombre, 225
millas al norte de Fairbanks. Una investigación reveló que a pesar de que planeó su viaje cuidadosamente, no hizo planes para su partida.

¿Es difícil imaginarse esto, no es así? Como pudo alguien ser tan descuidado. Él hizo todos los arreglos para el viaje con la excepción de cómo regresar a casa. ¡Increíble! 

Tiempo...
Entramos en el al nacer,
Pasamos por al durante la vida,
Lo dejamos al morir.
Es nuestra preparación...
para la eternidad.

Nosotros diremos “que trágico." ¿Y aún así, cuantos hacen todos los preparativos necesarios para la vida aquí en la tierra, pero no tienen nada preparado para la partida? Dios ha advertido en su palabra, la Biblia, de la existencia de la vida después de la muerte… después de esto vendrá el juicio de Dios. Y así como él le advirtió a la nación de Israel que estuviese preparada para su encuentro1, él nos advierte que hagamos lo mismo. Es necesario hacerlo hoy. Después de la muerte será muy tarde. Como lo dice la palabra de Dios, "Y de la misma manera que está reservado a los hombres el morir solo una vez, y después de esto el juicio."²

¿Y cómo nos preparamos para encontrarnos con Dios? Al confesarle nuestros pecados y aceptar a su hijo Jesús como nuestro Señor y Salvador personal. El hacer esto representa obtener “el pasaporte a la eternidad en el cielo.” ¡Haga lo que haga, no deje esta vida sin su pasaporte!. Para que le ayudemos a lograrlo oprima el enlace a la Invitación de Dios en la parte de abajo:

1. Amós 4:12.
2. Hebreos 9:27

Derechos © reservados por Ricardo Innés